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"Los idiomas son un tema fascinante, y también muy variado: matemático en su lógica y rigor, creativo en su expresión"

Mr William Law es profesor de lenguas modernas. Tras graduarse en la Universidad de Oxford con distinción por la calidad de su castellano y francés hablado, ejerció como asistente de jefe de casa y maestro en Aiglon College (2016-2018). De allí pasó a Tonbridge School como jefe de francés, donde sigue a día de hoy. Desde entonces, ha sumado los cargos de responsable del departamento de lenguas modernas y jefe de casa. A lo largo de su carrera también ha trabajado como coordinador de lenguas en la Junta de Exámenes de Escuelas Independientes (Independent Schools Examinations Board), examinador de DELF y gobernador de Malvern College. Nos recibe en un relativamente frío mes de octubre para hablar sobre su trayectoria y consejos lingüísticos.




 

¿Cuándo comenzó tu amor por las lenguas?

Cuando era niño, pasábamos las vacaciones de verano en el extranjero en familia, primero en Francia, y luego también en Italia, Croacia y España. Me encantaban las vistas, los olores, los sabores de estos lugares nuevos e interesantes, y, bueno… ¡quería ser parte de ello! Ayudaba que no me avergonzara demasiado al lanzarme a conversar con la gente. En el colegio, tuve una serie de profesores de idiomas increíbles, cuya paciencia, sentido del humor e inspiración me permitieron prosperar. Me abrieron puertas a nuevos mundos. El poder de la educación y la influencia que los profesores pueden tener es algo extraordinario. Es por eso que hago lo que hago hoy.

 

Recibiste distinción por tu capacidad oral, ¿podrías dar algún consejo para estudiantes que encuentran hablar lo más difícil en su aprendizaje?

Muchas veces es la destreza más difícil o intimidante para los estudiantes, ¿no? Y, sin embargo, la capacidad de hablar, hacernos entender, y tener una verdadera conversación responde al verdadero propósito de lo que intentamos hacer, tanto como lingüistas como personas. Creo que solo hay que intentarlo, no hay que tener miedo. Recuerdo que una vez alguien me dijo: "¿Cuántas veces te has reído en la cara de alguien que ha hablado tu lengua materna, incluso con acento, incluso si cometen algunos errores?" ¡Nunca, por supuesto! Y no hay razón por la cual deba ser diferente al revés. Ayuda, por supuesto, que he tenido algunas experiencias realmente positivas. Cuando vivía cerca de Barcelona durante mi año Erasmus, usaba mucho el español, pero también aprendí bastante catalán, y nunca fui más popular que en esos bares o discotecas, cuando la gente se sorprendía, y luego me agradecía enormemente, que intentara comunicarme con ellos en sus términos, en su idioma. Aunque uso mis idiomas a diario, todavía me emociona mucho hacerlo.

 

Al terminar tus estudios partiste a Suiza. ¿Qué te atrajo del país y qué diferencias encontraste con el sistema educativo inglés?

Pasé los últimos meses de mi año Erasmus enseñando en la escuela en Suiza donde más tarde volví a trabajar. Es un país sumamente hermoso: limpio, ordenado y muy civilizado, y además ¡me encantan tanto el queso como el chocolate! La escuela en la que trabajé está basada en el sistema británico, pero los alumnos siguen el programa del Bachillerato Internacional. Soy exalumno del mismo programa. Una de sus muchas ventajas es que se tiene que estudiar un idioma hasta los 18 años. Y fue una experiencia increíble: un inglés en Suiza enseñando francés y español a personas de China, India, los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos... ¡y hasta de países de habla francesa y española!

 

Dos veces en tu carrera has ocupado cargos en las casas de internado. ¿Qué encuentras que te aporta esta experiencia?

Para ser honesto contigo, es una de mis partes favoritas de mi (¡muy variado!) trabajo. He tenido mucha suerte, tanto en Aiglon como en Tonbridge, de poder no solo enseñar, sino también de cuidar y vivir entre algunos jóvenes increíbles. En un internado, si solo te fijas en los perfiles académicos y el progreso de los alumnos, no estás entendiéndolo todo. Estamos aquí para hacerlos mejores lingüistas, mejores científicos, mejores historiadores, mejores músicos... pero lo más importante, buenas personas. Poder influir, aunque sea de manera muy sutil o implícita, en ese viaje es un placer y un privilegio.

 

Llama la atención la cantidad de responsabilidades que tienes al mismo tiempo: profesor, gobernador, examinador, etc. ¿Cómo consigues hacerlo todo?

Levantándome temprano y yéndome a la cama tarde. No, solo estoy bromeando – bueno, ¡medio bromeando! Para mí, un buen día es un día lleno de actividad. Me fascina el mundo de la educación en todas sus formas, y tengo mucha suerte de estar involucrado en tantas cosas.

 

Finalmente, todo año escolar tiene sus propios desafíos, pero en particular para estudiantes que comienzan a estudiar lenguas en KS4 o que estén considerando hacerlo. En breve, ¿qué les recomendarías para mejorar su nivel?

Bueno, tienes que trabajar duro, ¡no lo dudes! Creo que es realmente importante intentar sumergirse en el idioma y su cultura: ver películas (incluso si hay mucho que no entiendes), o leer noticias sencillas en línea, idealmente sobre historias que te interesen o que te sean familiares.

Más filosóficamente, y reflexionando sobre mi propia experiencia, los momentos en los que me ha costado más motivarme han sido cuando no he logrado fácilmente ver el sentido de algo. Los idiomas son un tema fascinante, y también muy variado: matemático en su lógica y rigor, creativo en su expresión. Pero es un juego a largo plazo, y tienes que seguir recordándote por qué lo estás haciendo. Es para que el vasto mundo – su literatura, su arte, su música, su cultura, su historia – se vuelva un poco menos ajeno, un poco más familiar. Siempre les digo a mis estudiantes – y es verdad – que nunca he conocido a nadie que desee no hablar más idiomas. Hablar otros idiomas te servirá toda la vida.

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